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La Biofísica - la segunda tuerca del nuevo paradigma
La Matrix y el poder de nuestro ADN
Según estudios realizados en Rusia y verificados por científicos norteamericanos en un experimento conocido como “ADN fantasma”, se ha comprobado que nuestra ADN tiene impacto en la materia. Recordando el impacto de nuestras emociones en nuestra ADN (ver capítulo anterior) esto implica que a través de nuestras emociones manipulamos el mundo material – creamos resultados visibles.
Tales suposiciones hacen que volvamos a considerar lo que en algún momento sonaba trivial, tal como, vivir desde el corazón y ser verdaderos en nuestros sentimientos. Asumir esta responsabilidad también hace imprescindible sanar nuestros cuerpos emocionales mencionados en el capítulo sobre la Medicina Bioenergética y profundizado en nuestro capítulo sobre la Sanación.
Los mismos experimentos forman la evidencia de que existe una matrix (éter), un campo de energía e información que contiene todo y a través del cual todo está interconectado. Como veremos, varios científicos renominados sugieren su existencia y proyectos llevados a cabo en la actualidad muestran resultados asombrosos.
El descubrimiento de que existe un campo de energía universal, a pesar de haber sido teorizado, visualizado, escrito e imaginado durante mucho tiempo, recién pudo ser comprobado a través de experimentos científicos en las últimas décadas.
En el año 1944, Max Planck, el fundador de la teoría cuántica, afirmó que la existencia del campo sugiere que la inteligencia es responsable de nuestro mundo físico. "Debemos asumir tras esta fuerza la existencia de una Mente consciente e inteligente." Concluyó: "Esta mente es la Matriz de toda la materia."
Dos experimentos de los que se realizaron entre 1993 y 2000 para comprobar este campo de energía universal serán presentados a continuación. Se trata de un texto adaptado del libro Matrix Divina de Gregg Braden.
Resumen de los resultados
En el primer experimento, Poponin nos demuestra que el ADN humano tiene un efecto directo en la vibración de la luz. En el segundo, un experimento militar, aprendemos que estemos o no en la misma habitación de nuestro ADN, o separados por una distancia de cientos de kilómetros, seguimos conectados con sus moléculas, y los efectos son los mismos. Los dos experimentos sugieren dos conclusiones similares:
1. Hay algo "ahí fuera": la Matriz de una energía que conecta una cosa con lo demás en el universo. Este campo conectivo es responsable por los resultados inesperados de los experimentos.
2. El ADN de nuestros cuerpos nos da acceso a la energía que conecta nuestro universo, y la emoción es la clave para tener acceso al campo.
En 1995 apareció un ensayo en los Estados Unidos en el que el biólogo cuántico Dr. Vladimir Poponin informó sobre las investigaciones que estaba realizando él y sus colegas, incluyendo a Dr. Peter Gariaev, en la Academia Rusa de Ciencias. Describía una serie de experimentos que sugerían que el ADN humano afecta directamente al mundo físico, a través de lo que ellos creían era un nuevo campo de energía que los conectaba (ver referencias más abajo).
El campo de energía subyacente: La Matrix
La energía descubierta en estos experimentos (y postulada en otros) es tan nueva que los científicos todavía no se han puesto de acuerdo en un solo término para describirla. Por consiguiente, hay muchos nombres diferentes que se han usado para identificar el campo que todo lo conecta.
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Edgar Mitchell, antiguo astronauta del Apollo, la llama la "Mente de la Naturaleza."
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El físico y coautor de la teoría de supercuerdas, Michio Kaku, la describió como el "Holograma Cuántico."
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Ervin Lazlo, fundador de la filosofía sistémica y director del “General Evolution Research Group” habla de ella en términos de “Campo Akasiko”.
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El renominado biólogo Rupert Sheldreke lo llama los "Cámpos Mórficos" y
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Gregg Braden habla de ella como la “Matrix Divina”.
De las muchas formas que podemos definir a la Matriz, quizá la más sencilla es pensar en ella como tres cosas básicas:
(1) el contenedor en donde existe el universo;
(2) el puente entre nuestro mundo interior y exterior y
(3) el espejo que refleja nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y creencias diarios.
Aunque estas son etiquetas modernas para la fuerza cósmica presuntamente responsable por el universo, encontramos temas e incluso palabras similares en textos creados miles de años antes de la existencia de la física cuántica. Por ejemplo, en el siglo IV, los Evangelios Gnósticos también usaron la palabra mente para describir esta fuerza y cómo "desde el poder del Silencio aparece 'un gran poder, la Mente del Universo, la cual conduce todas las cosas.."
La investigación del Instituto de Ciencias Noéticas comprueba en este experimento la interconección entre dos personas a través de una "energía" no medible, la matrix. (de momento solo en inglés)
Rupert Sheldrake describe el "campo mórfico" (la matrix) con ejemplos de la naturaleza y la forma de terápia "constelación familiar". (de momento solo en inglés)
Proyecto Conciencia Global
En Agosto del año 1998, un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton, dirigido por el Dr. Roger Nelson, activó un proyecto de investigación llamado “Global Consciousness Proyect” (Proyecto de Conciencia Global), dedicado a estudiar la conciencia colectiva de la humanidad.
Este no es un proyecto directo de la Universidad, aunque se lleva a cabo en las oficinas de Nelson, sino un proyecto del Instituto de Ciencias Noéticas, dirigido por él.
Partiendo de la teoría de que la mente humana está conectada más allá del espacio como un fenómeno no local y compartido, y que ésta puede producir cambios que sean registrables en sistemas aleatorios, se instalaron más de cien paquetes de software en distintos ordenadores de varios países, centralizando la llegada de datos a un ordenador central en la Universidad.
PRIMER EXPERIMENTO
Poponin y Gariaev diseñaron su innovador experimento para probar la conducta del ADN en partículas de luz (fotones), la "materia" cuántica de la cual está compuesto nuestro mundo. Primero, retiraron todo el aire de un tubo específicamente diseñado para esto, creando lo que se supone que fuera un vacío. Tradicionalmente, el término vacío implica que no hay nada en el interior del contenedor, pero incluso, después de sacar el aire, los científicos creían que había quedado algo adentro: fotones. Usando equipos diseñados con extrema precisión para detectar las partículas, los científicos midieron la localización de los fotones dentro del tubo. Querían ver si las partículas de luz estaban esparcidas por todas partes, aferradas a las paredes del cristal, o quizá agrupadas en una pila el fondo del contenedor. Lo que encontraron al principio no los sorprendió: los fotones estaban distribuidos de una forma totalmente desordenada.
En la siguiente parte del experimento, se colocaron muestras de ADN humano con los fotones dentro del tubo cerrado. En la presencia del ADN, las partículas de luz hicieron algo que nadie anticipaba: en vez del patrón esparcido que el equipo había visto antes, las partículas se ordenaron de forma distinta ante la presencia del material vivo. El ADN estaba claramente afectando a los fotones, como si los estuviera configurando en patrones uniformes a través de una fuerza invisible. Esto es importante, puesto que no existe nada en los principios de la física convencional que permita este efecto. Sin embargo, en este ambiente controlado, fue documentado y observado, que el ADN (la sustancia de la cual nos componemos) tiene un efecto directo sobre la materia cuántica de la cual se compone nuestro mundo! La siguiente sorpresa ocurrió cuando el ADN fue extraído del contenedor. Los científicos suponían que las partículas de luz regresarían a su estado esparcido original en el interior del tubo. Pero, en su lugar, los científicos fueron testigos de un suceso muy distinto. Los fotones permanecieron ordenados, como si el ADN todavía estuviera en el tubo.
Puesto que el efecto parecía estar relacionado directamente ante la presencia del material vivo, el fenómeno fue denominado "el efecto del ADN fantasma."
De las muchas conclusiones que podemos sacar de esta poderosa demostración, dos son indudables:
1. Existe un tipo de energía que no había sido reconocida con anterioridad.
2. La influencia de las células o ADN tiene trascendencia a través de esta forma de energía.
Además, el experimento muestra que nuestro ADN puede cambiar la conducta de las partículas de luz, la esencia de nuestro mundo. Por lo tanto el experimento validó que tenemos un efecto directo sobre el mundo que nos rodea.
SEGUNDO EXPERIMENTO
En un estudio descrito en 1993 en el periódico Advances (Julie Motz, "Everyone an Energy Healer: The Treat V Conference" Santa Fe, NM, Advances: The Journal of Mind-Body Health, vol. 9 (1993)), el ejército de los Estados Unidos realizó experimentos para determinar precisamente si la conexión entre las emociones y el ADN perduraba después de una separación, y si así era, a qué distancia. Los investigadores comenzaron por recolectar una muestra de tejido y de ADN de la boca de un voluntario. Esta muestra fue aislada y llevada a otra habitación del mismo edificio, en donde comenzaron a investigar un fenómeno que la ciencia moderna dice que no debería existir. En una cámara especialmente diseñada, el ADN fue medido eléctricamente para ver si respondía a las emociones de la persona de la cual provenía: el donante que estaba en otra habitación como a cien metros de distancia. En su habitación, el sujeto fue expuesto a una serie de imágenes de video. Diseñado para crear estados genuinos de emoción en su cuerpo, este material variaba entre documentales gráficos de guerras, imágenes eróticas y comedia. La idea era que el donante experimentara un espectro real de emociones en un breve periodo de tiempo.
Cuando el donante experimentó "picos" y "caídas" emocionales, sus células y el ADN demostraron una poderosa respuesta eléctrica exacto, en el mismo instante. A pesar de la distancia de más de cien metros que separaba al donante de las muestras, el ADN actuaba como si siguiera físicamente conectado a su cuerpo.
El experimento sugiere cuatro cosas:
1. Existe una forma de energía previamente desconocida entre los tejidos vivos.
2. Las células y el ADN se comunican a lo largo de este campo de energía.
3. La emoción humana tiene una influencia directa sobre el ADN vivo.
4. La distancia parece no tener consecuencias respecto a este efecto.
Dr. Roger Nelson, "Global Consciousness Project" (de momento solo en inglés).
Experimento de intención
En el video a mano izquierda vemos a Lynne McTaggart que describe su primer experimento de intención en una conferencia con el Instituto de Ciencia Noética (IONS).
El experimento fue conducido en Londres enviando intención a la hoja de un árbol en el laboratorio de Gary Schwartz, Universidad de Arizona. Lynne también describe un proyecto de germinación de semillas que llevó a resultados relevantes.
La Biofísica
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La cymatica: el impacto de las frecuencias vibracionales en la materia y en nuestra ADN
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El campo de energía subyacente y el poder de nuestra ADN
"For the last four hundred years, an unstated assumption of science is that human intention cannot affect what we call 'physical reality.'
Our experimental research of the past decade shows that, for today's world and under the right conditions, this assumption is no longer correct.
We humans are much more than we think we are and Psychoenergetic Science continues to expand the proof of it."
William A. Tiller, Universidad de Stanford