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Frecuencia
Humana
Nuestro cerebro es responsable de nuestras emociones y de nuestro bienestar físico. Además, la neuroplasticidad, capacidad intrínseca de nuestro cerebro, nos permite alterar la realidad que percibimos. Cuando aprendemos a observar nuestros pensamientos y ser conscientes de ellos tal como se proclama en muchas de las sabidurías ancestrales, nos habremos aproximado un gran paso hacia ser los creadores de la realidad en la que queremos vivir. (videos en inglés más abajo)
Cerebro – cuerpo – emociones
Como sostiene el neurocientífico Dr. Joe Dispenza en su libro “Tu cerebro inmortal”, al pensar el cerebro fabrica sustancias químicas. Un pensamiento bueno, positivo o elevado produce sustancias químicas que nos hacen sentir bien y feliz mientras que un pensamiento negativo tiene el efecto contrario. Cada sustancia que se libera en el cerebro es literalmente un mensaje que alimenta al cuerpo físico. Por lo tanto el cuerpo empieza a sentir como piensa. Esto lleva a un proceso de retroalimentación, quiere decir, el pensamiento impacta lo que siente el cuerpo y lo que siente el cuerpo acaba influenciando al cerebro. Y el cerebro en consecuencia produce más sustancias químicas basadas en los estímulos que recibe del cuerpo. En otras palabras, los sentimientos se convierten en nuestro modo de pensar. Y cuando los sentimientos se convierten en nuestro modo de pensar, estamos atrapados en un ciclo donde el cuerpo, literalmente, piensa por nosotros.
Redes neuronales y hábitos mentales
Según Dr. Joe Dispenza el cerebro procesa aproximadamente cuatrocientos mil millones de bits por segundo. Pero solo somos conscientes de unos dos mil bits, menos de 1 %. Estos dos mil bits de información básicamente sólo tienen que ver con tres cosas:
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las respuestas que recibimos del cuerpo,
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la respuesta del entorno y
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la respuesta en relación con el tiempo.
¿Qué es lo que percibimos entonces? Me duele la espalda, tengo hambre, me duele la cabeza, tengo sed, estoy cansado, hace demasiado frío, hace demasiado calor, me agrada el olor del ambiente, ¿Cuánto tiempo pasará hasta que suceda la próxima experiencia?
La razón para esto es que la función primaria del cerebro es la supervivencia del organismo que lo alberga. Percibir y responder a “peligros” de forma instintiva a través de nuestras emociones es la tarea de nuestro sistema límbico, uno de nuestros viejos cerebros.
El problema con eso, como dice el neurólogo David Perlmutter en su libro “Power Up your Brain”, es que respondiendo a todos los “peligros” de forma instintiva le otorga el control a nuestra Amígdala en vez del córtex prefrontal que está (como vimos en el capítulo anterior) relacionado a nuestras capacidades lógicas.
Un hallazgo novedoso de la neurociencia que trae la solución a este dilema es lo que se conoce como la neuroplasticidad. La neuroplasticidad de nuestro cerebro implica que éste no solamente se puede adaptar a trastornos por heridas, sino que, más importante aún, a todas las experiencias con la que nos encontramos. Este hecho nos libera de estar meramente respondiendo reflexivamente como consequencia de nuestras conexiones cerebrales creados en el vientre de nuestras madres o en nuestra infancia. El neurocientífico Alvaro Pascual-Leone del Harvard Medical School citado en “Power Up your Brain” recientemente constató que la neuroplasticidad es una propiedad intrinsica del cerebro humano. Según él representa una invención de la evolución para facilitarle a nuestro sistema nervioso de escapar las restricciones de su propio genoma y adaptarse a cambios ambientales, cambios fisiológicos y nuevas experiencias.
Qué son las redes neurológicas
En su libro “Conecta tu Cerebro” David Perlmutter describe las redes neuronales como patrones únicos creados por millones de neuronas interconectadas. Las neuronas individuales tienden fibras nerviosas hasta alcanzar a otras neuronas, como las ramas de un árbol. Los vínculos que crean pueden dirigir el tráfico por muchas de las rutas de una red extraordinariamente intrincada. Las conexiones neuronales pueden unirse para conformar redes con patrones o pautas particulares de pensamiento, acción y reacción. Dicho de otro modo, las redes neuronales de nuestro cerebro están constituidas por un equipo de células nerviosas que han aprendido a encenderse juntas, y que luego se han unido para llevar a cabo una función concreta y que se puede reproducir.
Las redes neuronales creadas antes de nacer y durante nuestra infancia son el fundamento de nuestras creencias. Muchas de estas creencias son las que nos hacen entender e interpretar nuestras experiencias al ser adultos. Mientras que generalmente estas primeras lecciones durante nuestra infancia nos son útiles, algunas también pueden influenciar de forma negativa nuestra interpretación de alguna experiencia.
Implicaciones para la evolución humana
Como describe David Perlmutter en su libro “Power Up your Brain” neurocientíficos descubrieron que la neuroplasticidad no solo implica que seamos capaces de crear nuevas redes neuronales, sino que estos pueden ser suficientemente poderosas para superar nuestras reaciones emocionales instintivas. Este experimento explica lo mencionado:
Se le pidió a un grupo de individuos de hacer dos ejercicios, uno perceptual y el otro intelectual. El primer ejercicio consistía en ordenar las caras de personas proyectadas en una pantalla según sus emociones evidentes – miedo o rabia. El segundo ejercicio consistía en asociar las caras con las palabras miedo y rabia. Mientras que en el primer caso los participantes vivenciaron un aumento de la circulación de la sangre hacia la amígdala, el centro cerebral primario del miedo, en el segundo caso la circulación hacia la amígdala diminuyó y aumentó hacia el cortex prefrontal derecho.
Como la región prefrontal del cerebro es asociada al mecanismo de sobrescribir nuestras respuestas emocionales primitivas, los científicos concluyeron que somos capaces de desarrollar nuevas redes neuronales en regiones más elevadas del cerebro y reducir esas respuestas.
Dr. David Walsh, President, National Institute on Media and the Family.
Dr. Rick Hanson: Conferencia, San Diego California – Awakening to Mindfulness – Budhism & Psychology 2010. Use the mind to change the brain to change the mind.
La Neurociencia
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Cómo funciona el cerebro humano
“Crear el conocimiento, el entendimiento que posibilita la convivencia humana, es el mayor, más urgente, mas grandioso, y más difícil desafió que enfrenta la humanidad presente”.
Maturana, H. y Varela,F.(1984), Biología y Neurociencia